Casi una de cada cuatro entradas al taller es por avería

Las averías, junto con otros problemas y reparaciones de lunas, representan el 23% de las entradas al taller durante un año, por lo que promover el mantenimiento adecuado es una asignatura pendiente.

Entradas al taller por averías

Pese a las numerosas campañas que se hacen desde patronales de talleres e incluso organismos como la Dirección General de Tráfico para que los conductores tengan en buen estado siempre sus vehículos, lo que pasa por un correcto mantenimiento, casi una de cada cuatro entradas al taller sigue siendo por avería, es decir, cuando el vehículo no es capaz de seguir circulando sin pasar antes por las manos de un mecánico.

En concreto, según datos de Norauto para el año 2021, el 23% de las entradas al taller fue por averías, diferentes problemas con el vehículo o reparación de lunas. Le sigue de cerca el cambio de neumáticos con el 18% de los casos, llevar el coche antes de pasar la ITV y también después en el caso de no superarla, con el 16% de entradas al taller, mientras que otro 15% de las mismas corresponde al cambio de aceite sin revisión. Este mismo porcentaje ocupan las revisiones que marca el fabricante, mientras que, por último, el 7% de las entradas se dedican a realizar las llamadas revisiones periódicas que se realizan antes de emprender un viaje de largo recorrido.

Por ejemplo, una avería muy común que puede desencadenar en un problema mayor y, por lo tanto, en un incremento del coste es la pérdida de líquido anticongelante. Si no se repara, puede provocar un sobrecalentamiento en el motor, derivando en una avería mucho más importante en la junta de la culata. De esta forma, el coste de reparación final es mayor que el que era en un principio y el vehículo tendrá que estar más tiempo en el taller. Y, por supuesto, la situación se agrava cuando se trata de un accidente de tráfico donde el vehículo ha podido ser un factor determinante.

Si ya resulta muy perjudicial a nivel particular tener el coche parado varios días en el taller, aún lo es más para una flota de empresa, que, añadido al coste del taller, tendrá que sumar las pérdidas económicas que conlleva tener un coche de empresa parado. Perder una jornada laboral supone un coste, ya que la empresa que no pueden seguir ofreciendo sus servicios de la misma forma: retrasos en las entregas, pérdida de negocio, personal que no puede trabajar correctamente. Por eso, siempre será mejor tener parado unas horas un coche para una revisión, que tenerlo días por una reparación mucho mayor a posteriori.

Se recomienda una revisión periódica de aquellos elementos de desgaste como son neumáticos, frenos, amortiguadores, dirección, nivel de aceite u otros líquidos. Y, ante el menor síntoma de desgaste o de mal funcionamiento, la mejor opción es llevar el vehículo a un taller de confianza de los que siempre recomendamos en Road House. Y un apunte: tampoco se debe obviar si aparece un testigo encendido en el cuadro. No conviene dejar la reparación de las averías para más adelante.

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