Los componentes de los vehículos van modernizándose y mejorando sus prestaciones. Y uno de los que más inversión recibe de los fabricantes es, sin duda alguna, el motor. El objetivo no es otro que conseguir motores de menos cilindrada, pero a su vez que logren desarrollar la misma o mayor potencia. Y para conseguirlo, al tiempo que se gana mayor suavidad y confort durante la conducción y en el cambio de velocidades, el sistema de volante de inercia ha evolucionado del macizo convencional al bimasa o de masa dual (DMF o dual mass flyweel).
El volante bimasa pasa por ser una de las grandes innovaciones en los motores en los últimos años. Hay que tener en cuenta que durante su funcionamiento, el motor produce vibraciones giratorias en el cigüeñal y en el volante de inercia, debido a que no hay continuidad durante el proceso de combustión. Así, la función de este componente es evitar que esas vibraciones se transmitan al resto del tren motriz, eliminando ruidos molestos, como traqueteos en la caja de cambios u oscilaciones en la carrocería, que acaban mermando el confort de marcha. Para ello, el volante bimasa dispone de un sistema de amortiguación elástica que sirve para absorber las vibraciones torsionales que se generan en el motor y que van a repercutir en la cadena cinemática.
Los profesionales de los talleres ya conocen bien este elemento, pues se trata de un componente muy delicado de los motores actuales que provoca, por ende, averías con cierta frecuencia. Las más habituales son las que provocan graves roturas mecánicas cuando ambos volantes chocan entre sí o cuando el volante interior se desprende por un desgaste excesivo de los muelles que lo sostienen.
Además, cuando se realiza el cambio de embrague, también se aconseja sustituir el volante bimasa en la misma operación. Aunque en ese momento, la reparación se encarece para el usuario final, es recomendable porque no hacerlo supone en la mayoría de casos averías graves en componentes como la caja de cambios, el sistema de transmisión, inyección o incluso el bloque motor.
¿Cuáles son los síntomas para saber que el volante bimasa necesita un cambio?
Tanto el conductor en su día a día, como el profesional del taller a la hora de realizar el diagnóstico, deben estar pendientes de posibles ruidos mecánicos, sobre todo, los que se producen con el coche en punto muerto y pisando el embrague. Otras pistas son las vibraciones sobre el pedal de embrague, la palanca de cambios o el asiento. Y si estas son perceptibles al ralentí y desaparecen al iniciar la marcha, suele ser mala señal.
Desde Road House recomendamos que si se detecta alguno de estos síntomas, se acuda de inmediato a un taller de confianza para evaluar el estado del volante bimasa, especialmente si los movimientos y vibraciones son más acusados, surgen al apagar el motor o si las revoluciones caen por debajo de lo normal.
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