Pese a que muchas veces es imposible saber a priori cuánto tiempo va a llevar una reparación, el taller debe tener en cuenta que el plazo de entrega del vehículo no debe prolongarse más de lo razonable, aunque, evidentemente, la magnitud de la avería es el factor principal a la hora de calcular el tiempo máximo que el coche puede permanecer en el taller.
Aunque la legislación actual no establece un límite de tiempo concreto para una reparación, asociaciones y colectivos estipulan que las reparaciones en garantía se deben completar en 20 días hábiles a partir del momento en que el taller reciba los recambios necesarios.
En este sentido, las piezas de vehículos de importación deben facilitarse en un plazo máximo de un mes desde que se solicitaron, siempre que haya existencias disponibles. En el caso de recambios para coches nacionales, el plazo se limita a 15 días.
Consecuencias de no cumplir el plazo
Aunque siempre pueden producirse retrasos, imputables al taller (como el volumen de trabajo), o no imputables (como un retraso en el envío de los recambios), también es importante tener en cuenta las necesidades del cliente, que habitualmente precisa recuperar su coche cuanto antes.
Y no solo eso. Si el taller no puede justificar el retraso de manera documentada, el cliente puede solicitar que se le devuelva el coche en el mismo estado en el que lo entregó al taller y pedir una indemnización.
En caso de que sea el cliente quien no recoge el coche cuando la reparación está terminada, el taller debe esperar tres días desde que se le comunica que está reparado. Una vez transcurrido ese plazo, tiene derecho a cobrarle los gastos de estancia a partir de esa fecha.
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