Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) han supuesto importantes problemas para los talleres de reparación de grandes ciudades que se encuentran dentro del perímetro de las mismas. ¿El motivo? La restricción de acceso de vehículos antiguos para muchos de sus clientes que, pese a que se permiten accesos temporales, dificultan la entrada de vehículos a dichos talleres. Todo parece indicar que, a partir de 2023, circular sin la etiqueta ECO será más complicado en los grandes núcleos urbanos, pasando de tener menos de diez ZBE a, aproximadamente, 150.
En este contexto, muchos conductores sentirán la urgencia de conseguir la etiqueta ECO, más si cabe con la notable escasez de vehículos disponibles, tanto en mercado de nuevos como de ocasión debido a la falta de microchips. Y es ahí donde entra en juego el denominado concepto de retrofit. Este procedimiento consiste básicamente en la transformación de vehículos gasolina y diésel en vehículos con nuevas tecnologías más sostenibles y eficientes. Una transformación que solo se puede llevar a cabo en talleres especializados, siendo uno de los grandes reclamos durante los próximos meses e incluso años.
La mejor tecnología para realizar el retrofit es el GLP. Muchos expertos consideran que lo verdaderamente sostenible es reacondicionar y reutilizar un vehículo modernizando su tecnología para que circule reduciendo sus emisiones, algo que se puede solventar transformándolos a gas.
De esta forma, no solo se reducen las emisiones nocivas, sino que se evita generar más residuos que no se pueden reutilizar, dándole una segunda vida útil al vehículo. Los eléctricos, pese a que son más sostenibles que los de combustión, no están pensados para reutilizarse
Además, la transformación de coches a GLP supone un gran ahorro para el cliente final, ya que es el combustible más económico que existe en la actualidad, con ahorros de más del 55% respecto a la gasolina y el diésel.
El principal hándicap al que nos enfrentamos en España, y también con ello los talleres, es el gran desconocimiento que existe acerca del gas como combustible, mientras en otros países del mundo es el principal. De hecho, es el arma más importante para acabar con la generación de residuos que no se pueden reutilizar, que es uno de los pilares de la economía circular y, por tanto, de la sostenibilidad.
El retrofit abre a los talleres una oportunidad muy relevante para revalidar la confianza entre sus propios clientes fidelizándolos y ganar la de los potenciales. Ofrecer una asesoría especializada sobre cómo convertir un vehículo en uno más sostenible, con etiqueta ECO y que suponga un ahorro de más del 50% en combustible es clave para ganar la confianza de los clientes. Y esa es la oportunidad precisamente que representa el retrofit.
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