No hay que irse muy lejos en el tiempo, antes de la pandemia para ser exactos, para comprobar cómo en los talleres españoles ha ido creciendo la tasa de reparabilidad, en lugar de la sustitución de componentes. No en vano, diversos factores producidos en los últimos tiempos juegan a favor de la reparación, en detrimento de la sustitución. ¿Cuáles? En primer lugar, la falta y retraso en la entrega de muchos componentes, sobre todo los que contaban con microchips y que, con la crisis de semiconductores, comenzaron a escasear.
Además, hay otros dos factores de la posventa que favorecen esta tendencia, como son el parque cada vez más envejecido, en el que muchas piezas dejan de tener sustitutos en el mercado y solo es posible repararlas, así como la pérdida de poder adquisitivo de un cliente que se ve afectado por la inflación general y la subida de todo tipo de productos y servicios, ante lo que busca opciones lo más económicas posibles para seguir utilizando su vehículo.
Así, según el informe “La posventa sostenible” de Solera, la tendencia es que los talleres españoles ahora reparan más que sustituyen. En concreto, dos de cada tres piezas se reparan, también para contribuir a la sostenibilidad, dando una segunda vida a las piezas dañadas en siniestros, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), marcados por Naciones Unidas para 2030.
El aumento de la tasa de reparabilidad ha crecido en España un punto anualmente -en 2020 fue del 63,5%, en 2021 del 64,2% y en 2022 del 65,5%-, acercando al sector al ODS 12 de producción y consumo responsables. En concreto, con la meta 12.5, encaminada a reducir de forma considerable la generación de desechos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización, que es lo que consigue reparar versus reemplazar.
Si la fotografía del índice de reparabilidad se amplía a nivel autonómico, se observa cómo Madrid es la comunidad donde más se repara con un 74%. Es decir, del total de piezas que pasan por un taller madrileño en su operativa con los vehículos, tres de cada cuatro son reparadas. Seguidamente es el arco mediterráneo donde se repara más, concretamente Cataluña y Comunidad Valenciana, además de Castilla-La Mancha, con cerca de un 70%; y Andalucía, con un 65%.
Por el contrario, Asturias, Galicia y Cantabria son las comunidades donde menos se repara, entre el 50% y el 56% de las piezas. Esto es debido a que son regiones muy afectadas por las inclemencias meteorológicas como el frío en combinación con la sinuosidad de la red viaria, que se traduce en una mayor siniestralidad y, por tanto, mayores dificultades para dar una segunda vida a las piezas afectadas.
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