Desafortunadamente, las diferencias de criterio ante un siniestro entre talleres y aseguradoras están a la orden del día. Aunque los talleres no suelen recurrir a un servicio técnico pericial, por desconocimiento o por falta de acceso, este servicio resulta de gran utilidad cuando se producen estas discrepancias entre taller, cliente y aseguradora ante una valoración injusta en un informe pericial.
Del mismo modo que los tomadores de los seguros tienen derecho a elegir libremente el taller al que llevan a reparar su coche tras un siniestro, también pueden designar a un perito cuando no estén de acuerdo con la valoración de daños que haga su compañía. Dicha decisión se debe a que en el informe pericial pueden producirse diferencias en cuanto al alcance de la reparación o la indemnización.
La necesidad de una valoración ajena a la aseguradora
De hecho, es necesaria una valoración ajena a la aseguradora incluso en los casos en los que el cliente con el coche siniestrado es el perjudicado. En principio, la compañía del coche contrario asume la indemnización y la compañía del perjudicado afronta la totalidad de los daños reales. En cambio, en virtud del sistema de compensación por módulos que aplican las aseguradoras, la compañía del siniestrado termina por ser la interesada en rebajar la factura.
Esto supone un perjuicio para el cliente, que, en ocasiones, se encuentra con que las aseguradoras no se hacen cargo de todos los daños, y también para el taller, que, finalmente, hace una reparación más limitada de lo que sería necesario (o incluso realiza reparaciones que no le serán reembolsadas por dar un mejor servicio al cliente).
También se dan casos en los que el perito de la aseguradora declara siniestro total un coche al determinar que el valor de la reparación está por encima de su valor venal. Sin embargo, el informe del perito independiente sirve en muchas ocasiones para determinar que el vehículo tiene más valor (por su kilometraje, su uso o su estado en general), de manera que se consigue efectuar la reparación, beneficiando al cliente y al taller.
Por tanto, resulta recomendable para el taller recurrir a este servicio pericial e informar a sus clientes cuando estén ante una valoración de los daños que consideren injusta.
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