Los talleres de reparación de vehículos no son ajenos al aumento de costes generalizado en el que vive la sociedad en la actualidad. Lo sufre en forma de encarecimiento de materias primas, de productos para llevar a cabo sus operaciones del día a día, del aumento de los precios del transporte y, por supuesto, el encarecimiento desorbitado en la factura de la electricidad.
La lista de gastos extra del taller no para de crecer. Los disolventes que utilizan los talleres especialistas en carrocería vienen acumulando incrementos de precios de alrededor del 30% desde el año pasado y las pinturas, que ya subieron más del 5% a mediados de 2021, está previsto por los fabricantes y proveedores nuevas subidas de más del 7%. Recambios, piezas y productos plásticos, piezas de todo tipo, gestión de residuos, portes, materiales de limpieza y enmascarado, productos adhesivos y de fijado o servicios externos… son algunos de los suministros del taller que han experimentado incrementos de coste de entre el 5% y el 10% de incremento.
Y en el caso de los suministros energéticos de frecuente consumo en el taller, como la energía eléctrica, el gas o los gasóleos para procesos de secado y calefacción, han subido el 72%, 12% y el 29% respectivamente, sin indicios próximos de ajuste a la baja. En este contexto, ¿puede hacer algo el taller para frenar los costes energéticos?
¿Es rentable hoy día instalar placas solares para autoconsumo del taller?
Según la Asociación de Empresarios de Reparación de Vehículos de A Coruña (Atreve), la instalación de paneles solares en los talleres es una inversión “muy recomendable”, teniendo en cuenta el precio actual de la luz y la posibilidad de compensación de los excedentes, lo que reduce el tiempo de amortización.
Estas instalaciones solares fotovoltaicas pueden ser de dos tipos: instalaciones aisladas, orientadas a aplicaciones de bombeo, señalización, comunicaciones y electrificación rural, e instalaciones conectadas a red, orientadas a la venta de energía eléctrica y autoconsumo, que son las que más interesan a los talleres de automoción.
Y para calcular si es o no rentable acometer la inversión de una instalación fotovoltaica, es importante tener en cuenta los siguientes factores: el tamaño de la instalación por completo, la calidad de los materiales y de las placas solares instaladas, el precio de la luz, las horas de luz que es capaz de captar la instalación fotovoltaica y los horarios principales de consumo de cada usuario.
La rentabilidad de la instalación dependerá, por ende, de la amortización y el beneficio neto, pero en términos generales, el tiempo necesario para recuperar la inversión es, de media, entre cinco y siete años. Periodo, no obstante, que puede reducirse a incluso menos tiempo de continuar ascendiendo los precios de la luz como en los últimos meses.
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