El acelerado ritmo de vida actual, en el que el usuario pide y compra por internet y llega incluso en el mismo día, implica que a muchos otros sectores se les exija rapidez e inmediatez en su servicio y el de la reparación no es una excepción. Ya ocurría con anterioridad a la pandemia, pero tras ella, la dependencia del vehículo privado por miedo al transporte público ha supuesto un incremento en el uso del coche particular, lo que sin duda es una buena noticia para los talleres.
Por este motivo, la dependencia diaria del vehículo privado de una amplia mayoría de los conductores en España debe convertirse, más que en una amenaza para el taller, en una oportunidad de negocio, siempre y cuando el taller se adapte a las nuevas exigencias del cliente, que quiere reparaciones perfectas y, sobre todo, rápidas. En este sentido, contar con buenos mecánicos y experimentados, así como herramientas de calidad, permitirá cumplir con las altas expectativas que tiene el cliente actual, que necesita disponer del vehículo cuanto antes, aún incluso cuando pueda disfrutar de un vehículo de cortesía.
Hay que tener en cuenta que el 64% de los españoles elige el vehículo privado como medio de transporte para sus desplazamientos diarios, siendo el medio más utilizado, por delante del transporte público y otras opciones. Una opción que ha subido, además, 6 puntos con respecto a 2019, según un estudio del Foro de Movilidad, promovido por Alphabet España.
Es por ello que la rapidez en las intervenciones debe ser una exigencia del taller actual, hasta el punto de que el cliente puede no elegir el taller que le puede dar el mejor servicio, sino el que le entregará el coche más rápido, si es posible en el mismo día.
Es una dificultad añadida, pero también una oportunidad de diferenciarse de la competencia.
Al fin y al cabo, un vehículo que permanece en el taller más tiempo del necesario supone un inconveniente para el cliente, pero también una pérdida de productividad para el taller. Para conseguir que esto no ocurra, se necesita implementar herramientas digitales, invertir en sistemas de diagnóstico avanzados, mejorar los procesos en el taller e invertir en formaciones en técnicas innovadoras de reparación.
En esa apuesta por la eficiencia, es fundamental que el taller no tenga empleados poco eficientes y, por supuesto, que dispongan de las herramientas necesarias para que cada operario puede desempeñar su trabajo en las mejores condiciones. Un aumento de productividad, en definitiva, que pasa a su vez, por estandarizar los procesos, otro factor clave para aumentar la productividad. De hecho, muchos de los problemas que se generan en el taller surgen por la falta de estandarización.
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