La certificación de taller sostenible interesa a dos de cada tres empresas

Lejos de ser una moda pasajera, la sostenibilidad en el taller ha venido para quedarse. El aumento de los costes productivos en las fábricas por múltiples factores, entre ellos, el incremento de los precios de las materias primas, derivando en muchos casos a retrasos en la entrega de componentes, ha empujado a los talleres a ser más sostenibles y reparar mucho más que reemplazar recambios.

Y, en paralelo, existe una tendencia generalizada de la sociedad a tratar de ser más respetuosos con el medio ambiente. Pero, ¿y los talleres? ¿Son sensibles y conscientes de la necesidad de ser más sostenibles? Y los que sí lo son, ¿lo serían hasta el punto de estar interesados en algún tipo de acreditación que los certifique como taller sostenible?

Casi dos de cada tres talleres (el 65%) entienden como muy interesante o interesante esta opción, según una encuesta realizada por la consultora Gipa España y cuyo resultado presentó su director general, Fernando López, durante la celebración en Madrid del 36º Congreso de Ancera. Curiosamente, señaló Fernando López, los talleres más implicados con la sostenibilidad son los que ven el futuro con más optimismo o les va mejor. En contrapartida, y aunque su porcentaje es muy pequeño, aún existe un 5% de los talleres consultados por Gipa que expresan nulo interés por este tipo de certificaciones.

En su ponencia sobre Eco Conception, el experto de Gipa se refirió al ejemplo de Francia, dónde desde el año 2017 está vigente una normativa que obliga a cualquier reparador a informar y/o ofrecer sistemáticamente a sus clientes una alternativa de PIEC (repuestos de economía circular: recambio usado, cambio estándar y remanufacturado), además de recambio nuevo, para las reparaciones.

Respecto a los conductores españoles, sólo el 18% manifiesta mucho interés en piezas más “eco-sostenibles”, según Gipa.

Respecto a los conductores españoles, según Gipa. El 35% de los usuarios no aceptaría el montaje de piezas reconstruidas o reacondicionadas, un porcentaje que se eleva al 38% en el caso de piezas de segunda mano. Por comparación, el usuario francés de muestra más sensible con ese recambio “sostenible” y un tercio de ellos piensa que es más caro y, quizá lo más revelador, estaría dispuesto a pagar más, sobre todo en el caso de los neumáticos.