Según estimaciones de Conepa (Federación de Empresarios de Automoción), las operaciones realizadas en los talleres de reparación y mantenimiento de vehículos en España se han incrementaron el 2,5% durante el primer semestre de 2018. No obstante, la facturación del sector solo ha crecido el 1,8%.
Con estos resultados, Conepa define la evolución como “menos positiva” que la registrada en el mismo período del año anterior, en que se dio un aumento del 5% en entradas al taller y del 3% en cifra de ventas. Este nuevo dato confirma una vez más la tendencia de pérdida de rentabilidad en el sector. Otro dato que no puede considerarse positivo es el mayor crecimiento de las operaciones causadas por averías que de las consideradas como de mantenimiento periódico o preventivo.
Un mes de junio difícil
Por especialidades, las de electromecánica y carrocería presentan una evolución similar en el conjunto de España. Por trimestres, el de enero a marzo tuvo un comportamiento peor que el de abril a junio, que es la tónica general de todos los años. Lo que sí es excepcional es la muy diversa valoración registrada para el mes de junio, que suele ser uno de los mejores del año por la proximidad de las vacaciones, pero que este año se ha cerrado lejos de previsiones para casi el 50% de los talleres.
Respecto al empleo global, este sigue mostrando una tendencia al crecimiento y al incremento de costes laborales. Alcanza las 150.000 personas, unas 2.000 más que a comienzos del presente ejercicio, y, según explican desde la asociación “la falta de personal cualificado está produciendo en la práctica una tendencia al crecimiento de los salarios, lo que preocupa a un sector castigado por la pérdida de rentabilidad”.
Inversiones necesarias
Conepa ha recordado también la necesidad que tienen los talleres de afrontar inversiones importantes para poder dar respuesta a los vehículos modernos. Esto, según destaca Víctor Rivera, secretario general de Conepa, hace que los operadores estén “en un momento complicado por la incertidumbre con respecto al futuro”.
“Nos inquietan tanto las repercusiones de la evolución tecnológica en nuestros negocios como las transformaciones en los comportamientos del consumidor. El coche compartido y otros conceptos de la nueva movilidad implican cambios en la relación taller-propietario del coche, con un peso creciente de las grandes organizaciones en detrimento del particular”, concluye.
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