La dirección eléctrica es cada vez más común entre los fabricantes de automóviles, con el objetivo de sustituir a las de tipo hidráulica. Una dirección eléctrica (EPS o EPAS) que funciona mediante unos sensores que detectan la posición de la columna de dirección, la velocidad del coche y de giro y recopilan datos, para transmitir dicha información a un módulo de control que indica al motor eléctrico que tiene que aplicar par de asistencia. La dirección eléctrica tiene como ventajas que se adapta en función de las condiciones de conducción y de la fuerza ejercida por el conductor.
Así pues, ante el auge de este tipo de direcciones, los profesionales del taller deben conocer cómo proceder a su reparación. Una operación en la que se recomienda, como paso previo, descartar posibles problemas de ruidos, vibraciones, fallos de funcionamiento o cualquier otra anomalía en los elementos que entran en contacto con la dirección asistida (EPS), además de verificar que no haya ningún otro piloto de avería activo.
Paso a paso para el desmontaje de la dirección eléctrica
Si toda lo anterior está correcto, el desmontaje de la dirección debe comenzar con la limpieza de errores con la máquina de diagnosis, para después proceder a la calibración del sensor de par de la dirección. A continuación, el profesional del taller debe adaptar el sensor de giro y resetearlo, para lo que hay que tener, no obstante, algunas precauciones. Esto es debido a que, en caso de desconectar la batería y volverla a conectar, generalmente los pilotos de avería del control de tracción/ESP se encienden, motivo por el cual se necesitan resetear los sensores. Para ello, realizar una conducción normal suele ser suficiente, pero en caso contrario, se deben usar VCDS.
El siguiente paso del proceso consiste en resetear el sensor de ángulo (G85), para lo cual, tras la ignición, hay que hacer tope derecho e izquierdo girando el volante, conducir en un tramo corto sin desniveles a 20 km/h., para después parar en posición recta, asegurar y fijar el volante para que no se mueva. Por último, en esta fase el mecánico ha de mantener el motor encendido y no apagarlo y, adicionalmente, mantener el voltaje de la batería al menos en 12V.
Toda vez que se haya realizado el ajuste básico, hay que proceder a hacer el ajuste de los topes, para lo cual hay que poner el coche en marcha, centrar las ruedas y mantener dicha posición unos segundos, antes girar el volante hasta el tope izquierdo y después el derecho, centrarlo a continuación y apagar el vehículo. Después se vuelve a encender el vehículo y el piloto debería estar apagado, pero en caso contrario, con conducir un pequeño tramo debería ser suficiente para corregir el fallo.
Por último, el profesional del centro de reparación ha de comprobar el sensor de par (G269), que básicamente consiste en girar el volante, con el vehículo encendido, sucesivas veces a derecha e izquierda, hasta que los valores de par queden reflejados en la máquina de diagnosis. Si cambian, el error puede proceder de una conexión intermitente de los cables. Y si no cambian, el sensor o su alimentación pueden estar dañados.
Desde Road House recomendamos siempre acudir a un taller de confianza para llevar a cabo estas reparaciones, para obtener garantía de fiabilidad ante una operación compleja como ésta.
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