La mayor tecnología y electrónica que equipa hoy día a la mayoría de vehículos hace que las reparaciones hayan evolucionado hacia un factor más electrónico que mecánico. Claro está, siempre habrá cuestiones puramente mecánicas que no se puedan diagnosticar con una máquina de diagnosis, pero esta es una herramienta absolutamente imprescindible para el día a día de casi cualquier taller. Un equipo que permite conocer con exactitud dónde se ha producido la avería en base a un código de error incluido en una completa base de datos.
La principal razón por la que tener una máquina de diagnosis es no quedarse fuera del mercado. La gran competencia que existe en el sector implica que no disponer de las últimas herramientas de diagnóstico signifique perder clientes cada día. Pero, además, no disponer de este tipo de equipo significa reducir la productividad, aumentar el tiempo de las reparaciones y, por tanto, del precio de la mano de obra, perdiendo competitividad respecto a otros talleres de la competencia.
¿Qué son las máquinas de diagnosis?
Los equipos de diagnosis son básicamente ordenadores portátiles que cuentan con un software específico, el cual incluye los datos técnicos de miles de modelos de automóvil, de forma que cuando el ordenador se conecta al coche, se puede analizar el funcionamiento del vehículo y, mediante unos códigos de errores, saber qué problemas presenta el automóvil. Es más, una vez conocido el diagnóstico mediante los cientos de sensores que dispone el vehículo, el equipo de diagnosis puede ofrecer información sobre cómo llevar a cabo la reparación y qué recambios se necesitan para ello.
Las máquinas de diagnosis facilitan, al fin y al cabo, la tarea diaria de los mecánicos, tanto en reparaciones más sencillas como en las más difíciles de diagnosticar y resolver, que al fin y al cabo son las que plantean los mayores retos y que suelen tener que ver con componentes electrónicos. Cualquier avería en un sensor, desde pequeñas averías electrónicas sin demasiada importancia que incluso a veces se reparan con la propia máquina de diagnosis, hasta fallos graves en el bloque motor, se puede diagnosticar con estas herramientas.
Son los talleres multimarca que reciben modelos de distintos fabricantes cada día los que más y mejor uso hacen de la diagnosis, cuyos equipos además se van actualizando con nuevas marcas, modelos y averías, según se van produciendo en todo el mundo. Las más modernas, incluso, se pueden conectar a través de bluetooth, USB o Wifi, facilitando aún más la tarea del mecánico, al que le ayuda a ser más efectivo en el día a día. No en vano, los diagnósticos en muchos casos llevan más tiempo que las propias reparaciones, por lo que el coste de la inversión en estas máquinas se rentabiliza muy rápidamente.
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