Ya sea de calor a frío, como puede ocurrir desde finales de verano a principios de otoño, como a la inversa, de frío a calor del final de invierno al principio de la primavera, los vehículos tienen multitud de componentes que son especialmente sensibles a los cambios de estación y, en especial, a las variaciones bruscas de temperatura. Quizá el más conocido por los conductores, porque suele ser el que tiene un funcionamiento más sencillo, es el de la batería, que pasa por ser uno de los elementos que más sufre los cambios de temperatura, siendo además su revisión y mantenimiento de lo más sencillo, pero pudiendo dejar al conductor tirado casi siempre en el momento más inoportuno.
Pero la batería no es el único componente del automóvil que sufre con las bajadas drásticas de las temperaturas que se producen en otoño. Desde los neumáticos al líquido refrigerante, pasando por los limpiaparabrisas, todos ellos pueden sufrir también un cambio brusco en el termómetro.
Líquido refrigerante
En el caso del líquido refrigerante, cuyo estado no solo es fundamental en verano, sino en cualquier otra época del año porque de sus propiedades anticongelante depende en gran medida salud del motor, hay que tener en cuenta que su cambio es relativamente barato, pues no supera los 75 euros, pero en el caso de estar en mal estado debido a las bajas temperaturas, puede producir el gripado del motor. Y entonces, el coste de la reparación puede superar los 2.500 euros, según el modelo.
Neumáticos
Respecto a los neumáticos, siempre importantes pero que con el inicio de las lluvias son determinantes para asegurar una correcta seguridad al volante, pueden producirse cambios en el estado del caucho por la variación de temperatura. Por ello, no solo hay que asegurarse que la profundidad no esté por debajo de 3 milímetros, sino también al estado general de las cubiertas, sin deformaciones ni cualquier otro daño visible. Además, dependiendo de las zonas donde se circule, puede ser interesante la monta de neumáticos all season o de invierno con prestaciones específicas para el frío, la lluvia e incluso condiciones de nieve, sobre todo cuando se baja del umbral de 8ºC.
Escobillas de los limpiaparabrisas
Por último, las escobillas de los limpiaparabrisas pueden dañarse igualmente por la variación de temperaturas y hay que tener siempre suficiente líquido limpiaparabrisas. Un mal estado de las gomas o escobillas o, incluso, la falta de líquido puede condicionar seriamente la visibilidad del conductor, especialmente en situaciones climatológicas adversas.
Ante cualquier problema en estos elementos, desde Road House recomendamos acudir a un taller de confianza para proceder a la reparación, mantenimiento o sustitución de estos componentes, vitales en todo momento para garantizar la seguridad al volante.
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