Dar confianza al cliente a la hora de recoger su coche, garantizándole que su vehículo ha sido completamente desinfectado antes de su entrega, se ha convertido en esencial en el taller postcoronavirus. Ahora bien, no solo se trata de hacerlo, sino de hacerle saber al cliente de cuáles han sido las medidas puestas en marcha tanto en la prevención relacionada con los empleados y clientes, como en el proceso de recepción y, por supuesto, en el proceso de entrega. Solo así se pueden mantener el estatus de “taller de confianza” que siempre recomendamos en Road House, pero que en esta nueva etapa es aún más importante.
Así las cosas, hay actuaciones básicas que todo taller debe haber puesto en marcha, como desinfectar e higienizar el taller a diario al menos dos veces. Para ello, las autoridades han recomendado utilizar soluciones de agua con lejía al 2,5% o el empleo de biocidas en las superficies de contacto, mediante un pulverizador. Antes de la apertura, hay que aplicar en todas las áreas de trabajo. Además, los empleados deben llevar mascarillas, usar habitualmente gel hidroalcohólico, guantes e incluso se debe medir la temperatura de los empleados para evitar contagios.
El cliente debe ser perfectamente informado de todos los protocolos puestos en marcha y, a ser posible, incluir algún precinto o pegatina en su vehículo de que ha sido completamente desinfectado antes de su entrega. Es más, siempre que sea posible, grabar en video el proceso de higienización, no de forma general, sino de forma individualizada de cada coche es recomendable, de igual forma que se hace en concesionarios a la hora de informar de las características de un vehículo que interesa al cliente.
Siempre que sea posible, la relación con el cliente debe ser de forma digital, por teléfono o incluso por videollamada si es necesario. Se debe evitar acudir al taller para realizar trámites que pueden hacerse por estos medios, como la gestión de la cita previa, básica a partir de ahora para evitar la congregación de gente en las instalaciones. Eso sí, para cuando el cliente tenga que acudir a recoger su coche, el centro debe haber sido acondicionado: dispensador de gel hidroalcohólico, alfombrilla desinfectante, mamparas de protección de metacrilato o de vidrio, marcas de distancias de seguridad, carteles, bandas adhesivas para limitar zonas de acceso, etc.
La recepción y entrega, por último, son los momentos en que existe más peligro de contagio y cuando hay que extremar las medidas. En la llegada del vehículo, este no debe entrar al taller hasta que haya sido desinfectado o, en su defecto, ozonizado. Además, durante la reparación debe estar ventilado y protegido en las partes del vehículo sobre las que vaya a haber contacto. Por último, la entrega debe realizarse también fuera del taller, con las llaves completamente desinfectadas e incluso protegidas en una bolsa de plástico hermética. Y a la hora de realizar el pago, evitar en la medida de lo posible el pago en efectivo, ofreciendo alternativas que reduzcan a la mínima expresión el contacto.
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