2 julio 2020
El uso de la mascarilla en espacios cerrados en los que no se puede guardar una distancia de 1,5 metros entre personas es ya obligatorio. Y lo será, si nada cambia, en los próximos meses mientras la amenaza del coronavirus siga presente. De ahí que en los talleres de reparación, los mecánicos y cualquier otro trabajador, al margen de los clientes, deban llevar mascarillas para evitar contagios. Un objeto que no es ni mucho menos nuevo para el sector de la posventa, especialmente en talleres de carrocería, pero que ahora tendrán que utilizar en talleres de cualquier otra especialidad.
Hay muchos trabajos que requerían antes el uso de mascarillas. Desde operaciones de lijados frente a partículas sólidas, a la hora de realizar soldaduras para protegerse del humo y, por supuesto, en aplicaciones de adhesivos para evitar gases y vapores perjudiciales para la salud. Pero en el mercado se pueden encontrar diferentes tipos de mascarillas, las cuales se deben elegir en función del tipo de actividad a realizar como ha analizado Cesvimap, descartando en todo caso las mascarillas quirúrgicas que mayoritariamente emplea la población para actividades cotidianas, pues no impiden la penetración de sustancias al interior que es el objetivo de usar mascarillas en el taller más allá de la cuestión del coronavirus.
Así las cosas, se pueden encontrar mascarillas autofiltrantes desechables, de uso frecuente en los talleres, que deben cumplir con la norma EN 149: 2001 para que pueda ser considerado un equipo de protección individual. Algunas de las características que deben tener este tipo de mascarillas es que deben siempre ajustarse de forma hermética para que puedan proteger frente a polvo y aerosoles líquidos y sólidos, su principal función.
No obstante, este tipo de mascarillas se clasifican a su vez por el gran de penetración de partículas, el factor de protección y el rendimiento, pudiéndose encontrar las FFP1, FFP2 y FFP3. Las primeras tienen un porcentaje de protección inferior al 20% de partículas sólidas que penetran hacia el interior, las segundas garantizan una protección intermedia menor al 6% de penetración, mientras que las FFP3, que son las que mayor protección ofrecen, apenas dejan pasar el 1% de partículas.
Además, existen las llamadas mascarillas para partículas, especialmente indicadas para personas con alguna dificultad respiratoria, que emplean una válvula de exhalación para facilitar la salida del aire, pero sin reducir la protección. Por último, se pueden encontrar mascarillas, con y sin filtro, usadas en operaciones de pintado y que protegen toda la cara y las vías respiratorias frente a vapores.
La elección de la mascarilla más adecuada dependerá del tipo de riesgo al que se enfrente el trabajador, el ambiente o el usuario, siendo todas válidas para prevenir de contagios frente al coronavirus. Eso sí, no se recomienda utilizar pantallas de plástico, ya que no cumplen con la normativa vigente y tampoco son aptas para proyecciones de partículas de alta energía.
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