Llave dinamométrica: consejos de uso y cómo elegir la mejor para el taller

Material, sistema de advertencia, rango de par o variedad de cabezales y sistema sencillo para cambiarlos son factores a tener en cuenta a la hora de escoger una llave dinamométrica para el taller.

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Llave dinamométrica

Hay herramientas imprescindibles en el día a día de un taller. Y una de ellas es, sin duda alguna, la llave dinamométrica, una herramienta similar a una llave de carraca convencional, pero que sirve para controlar el par de apriete (medido en Nm o Newton/metro) ejercido sobre el elemento roscado, en operaciones tan comunes como el ajuste de las tuercas de una rueda.

También conocida como llave de torsión, e incluso torquímetro, la utilidad de la llave dinamométrica radica fundamentalmente en evitar que se pueda pasar la rosca si se gira con mayor fuerza de la que se debe, evitando así daños que pueden salir caros, especialmente en partes del motor como los filtros de aceite, el cárter o el bloque motor. Su uso se diferencia de las llaves de carraca convencionales en que, cuando se supera el par marcado por el fabricante, salte y evite que se ejerza una fuerza superior a la tolerada.

Independientemente de que sean digitales (emiten sonidos o señales luminosas cuando han llegado a ese punto) o analógicas (la señala se da mediante una aguja que marca el par que se ejerce en cada momento para un mayor control y precisión), su empleo es sencillo, con unos pasos que suelen realizarse de forma automática. Tras seleccionar el calibre adecuado para la tuerca, se selecciona el par correcto para dicho tornillo y, si es de salto, tan solo hay que girar una rosca con una escala graduada. Se usa la pestaña que hay en la cabeza para seleccionar si se va a girar a izquierda o derecha; es decir, para aflojar o apretar, respectivamente. Se procede a girar la rosca con movimientos lentos y de forma constante, evitando brusquedades o movimientos con saltos, hasta que el indicador señale el momento de parar.

Factores a la hora de adquirir una llave dinamométrica

Eso sí, el taller debe tener en cuenta una serie de factores a la hora de adquirir una llave dinamométrica, comenzando por el material y diseño, siendo importante que tenga una construcción robusta y que los metales empleados no sufran grandes variaciones con los cambios de temperatura para mayor precisión. Además, es recomendable un mango largo y empuñadura de goma para que no resbale.

En cuanto al rango de par, cuanto mayor sea el rango, mayor cantidad de trabajos se podrá adaptar, pero se recomienda comprar llaves que cuenten con al menos entre 40 y 200 Nm. El sistema de aviso por sonido es muy llamativo, pero poco práctico en talleres ruidosos, mientras que es importante contar con un buen número de accesorios y cabezales para acoplarse a un buen número de calibres de tuercas diferentes.

Por último, cuanta más precisión tenga la llave, mucho mejor y es aconsejable un sistema de cambio rápido de cabezal, que evite la caída de las piezas y su posible pérdida.

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