Guía de ciberataques, el documento para proteger a los talleres en la red

La crisis económica derivada de la sanitaria a raíz de la pandemia del coronavirus ya está teniendo consecuencias en el sector de los reparadores. La primera es la proliferación, como ya ocurriera en la crisis económica de 2008, de un mayor número de talleres ilegales que no solo no tienen licencia actividad, sino que incumplen todo tipo de normativas medioambientales y causan un grave perjuicio a los talleres legalmente establecidos. Pero en los últimos meses se están sucediendo numerosos ciberataques a talleres, por ser comercios que habitualmente descuidan este tipo de cuestiones y resultan ciertamente más vulnerables, en un contexto además en el que la digitalización de los procesos está cobrando mayor relevancia.

Ante esta problemática, diversas patronales regionales del sector de los talleres han difundido una guía de ciberataques elaborado por la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (Incibe). Se trata de un documento de referencia a nivel usuario, sin necesidad de grandes conocimientos de informática, que puede servir de ayudar para que los profesionales puedan conocer todas las características y tipos de ciberataques a los que se exponen cada día, así como consejos para evitarlos.

Estructurada en cuatro categorías (ataques a contraseñas, ataques por ingeniería social, ataques a las conexiones y ataques por malware), informa además de una treintena de tipos de ciberataques diferentes, muchos de ellos basados en la suplantación de identidades de entidades que podrían estar relacionadas con el sector de la posventa como la DGT, el Ministerio de Sanidad o la Inspección de Trabajo, entre otros. Entidades todas ellas que, en los últimos meses, han reforzado sus comunicaciones hacia los diferentes sectores económicos durante la pandemia y que serían el reclamo perfecto para los talleres.

Esta completa guía incluye, asimismo, un decálogo de buenas prácticas en materia de ciberseguridad que puede ser muy útil para los talleres, con el objetivo de que protejan sus dispositivos y la información que contienen los mismos. Entre las medidas de protección que propone el Incibe están algunas conocidas como el uso diario del antivirus, que debe además mantenerse siempre actualizado para analizar todas las descargas y archivos sospechosos; lo mismo con el sistema operativo, el navegador y las aplicaciones instaladas, a lo que añade la necesidad de emplear contraseñas robustas, tanto en el caso del gestor administrativo como de cualquier otro empleado del taller que pueda tener acceso a informaciones sensibles.

Los talleres resultan vulnerables, en un contexto además en el que la digitalización de los procesos está cobrando mayor relevancia.

En cuanto a los correos electrónicos, el documento recalca que es importante desconfiar de aquellos emails con archivos adjuntos o enlaces, así como con promociones muy atractivas, puesto que la mayoría de fraudes cibernéticos a pequeñas y medianas empresas tienen esta tipología. Por último, recomienda como otra buena práctica a llevar a cabo la de descargar solo aplicaciones o software legítimos que tengan como origen sitios oficiales y de confianza, así como realizar con cierta periodicidad copias de seguridad de la información para reducir el impacto y daño de un posible ciberataque.