Desde el 11 de mayo están en vigor los nuevos límites de velocidad en vías urbanas. Una medida, que busca reducir la siniestralidad sobre todo de peatones y ciclistas, por la que solo se podrá circular a 20 km/h en vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera; a 30 km/h en vías de un único carril por sentido de circulación y a 50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido de circulación.
La nueva normativa afectará al taller. De ello no cabe duda. La cuestión es cómo lo hará. ¿Se producirán más averías en los vehículos al circular más tiempo a menor velocidad? ¿Se necesitan más mantenimientos periódicos? A estas preguntas tratamos de responder en las siguientes líneas.
¿Qué componentes del vehículo sufrirán más?
Según el área técnica de la Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción (Conepa), circular a 30 km/h no debería suponer un mayor incremento de averías en los vehículos por regla general, con excepción de las relacionadas con los sistemas de alimentación, escape y sistema de refrigeración. Cuestión diferente es que, por la densidad del tráfico, las paradas y arranques sean más numerosas y, por tanto, sí puedan generar más averías en componentes como los embragues.
Por este motivo, la entrada en vigor de la normativa ya podría suponer más entradas de vehículos al taller. Pero aún más si cabe para mantenimientos o descarbonización de sistemas de admisión. Hay que tener en cuenta que si se circula de forma continuada a bajas velocidades, el vehículo puede tener problemas para efectuar una autoregeneración del filtro de partículas, el componente destinado a eliminar las partículas de hollín de la combustión. Así, es más complicado que se alcance el punto de saturación, ya que para ello se requiere una mayor velocidad, régimen de giro y condiciones que no se dan a esas velocidades, por lo que el vehículo podría tener que acudir al taller para realizar una regeneración forzada tarde o temprano.
En el caso de los vehículos diésel, y también muchos de gasolina de inyección directa, podrían tener que acudir al taller de forma periódica para llevar a cabo la descarbonización del sistema de admisión. Además, hay otros componentes que pueden sufrir mayor desgaste, como por ejemplo, los elementos del sistema de frenado y suspensión, especialmente si hay densidad de tráfico y se producen paradas y arrancadas continuas. Por último, también el sistema de refrigeración podría verse afectado, pues a baja velocidad el flujo de aire aspirado por la propia marcha del vehículo es menor, obligando a forzar la ventilación con los electroventiladores.
Tanto para realizar los mantenimientos preventivos, por averías o por cualquier problema surgido de la nueva limitación de velocidad, desde Road House recomendamos acudir siempre a un taller de confianza.
Comentarios
No hay comentarios