La tecnología 5G implicará una serie de cambios en los vehículos, haciéndolos más autónomos. Los elementos que permiten la comunicación entre vehículos e infraestructuras requerirán revisiones y actualizaciones.
Las revisiones de seguridad de los vehículos están a punto de cambiar para siempre. La entrada del estándar 5G promete revolucionar la movilidad y, con ella, el trabajo en los talleres de reparación y mantenimiento de vehículos. La seguridad del vehículo dependerá cada vez más de sus comunicaciones con otros automóviles y con las infraestructuras. Los elementos que las hagan posibles requerirán revisiones, actualizaciones y puestas a punto.
Ante esta realidad que está a punto de materializarse, la Dirección General de Tráfico está preparando el proyecto DGT 3.0, una plataforma que facilitará el intercambio de datos anónimos en tiempo real de todos los actores implicados en la movilidad. Esto incluye a talleres, estaciones de ITV, fabricantes, concesionarios, apps, peatones y, por supuesto, todos los vehículos, sean autónomos o no.
DGT 3.0 incluye la digitalización de datos de todo tipo sobre la vida útil de los vehículos, así como parámetros referidos al historial de reparaciones y averías de cada vehículo o información sobre el kilometraje. En este sentido, los talleres tendrán un importante papel a la hora de registrar toda esta información.
Sensores cada vez más sofisticados
Los talleres de electromecánica están acostumbrados ya a enfrentarse a todo tipo de soluciones electrónicas en los vehículos. Los sensores están cada vez más presentes, a medida que los vehículos van ganando autonomía. Ya no es ninguna rareza que un coche sea capaz de estacionar por sí mismo o que se detenga si detecta un obstáculo.
Sin embargo, la irrupción de 5G traerá una mayor complejidad a los vehículos, pues se convertirán en nodos de intercambio de información dentro de una gran red, que es la que comunicará a los vehículos con las infraestructuras e incluso con otros usuarios de la vía.
La emisión, recepción y procesamiento de todos esos datos cambiará en gran medida la configuración de los vehículos, así como los elementos que deberán ser revisados. En este sentido, algunos componentes de los automóviles ganarán la capacidad de intercambiar, almacenar y procesar datos.
¿En qué punto se encuentra el coche autónomo?
Pese a las múltiples informaciones que dan por hecho que el coche autónomo es ya una realidad, no es del todo cierto. La tecnología ya está desarrollada e incluso se realizan experimentos con vehículos de nivel 5, lo que significa una conducción totalmente automatizada; sin embargo, ni la legislación ni las carreteras están todavía preparadas para su popularización.
Para conducir solos, los automóviles necesitan conectarse con otros vehículos y con las infraestructuras con el fin de intercambiar datos. Esta es la manera que tienen de percibir lo que ocurre en el entorno para tomar las decisiones adecuadas en cada momento. Los estándares de comunicación, hasta ahora, no tenían ni la capacidad ni la rapidez suficientes para transmitir semejante cantidad de información.
Cuando las redes 5G estén ya operativas, se podrá intercambiar la información necesaria de manera inmediata y a gran escala. Esto es de vital importancia para transmitir, por ejemplo, la existencia de incidencias en las vías y que los vehículos reaccionen de inmediato, evitando accidentes.
La combinación de la tecnología 5G con el Internet de las Cosas (IoT) permitirá el desarrollo tecnológico necesario para implementar infraestructuras que permitan irrumpir, por fin, al vehículo autónomo. Paralelamente, la legislación deberá adaptarse a ello.
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