Tener un volante de inercia bimasa averiado o desgastado en exceso puede ser muy molesto para el conductor. No en vano, algunos de sus principales síntomas se perciben directamente durante la conducción en forma de vibraciones procedentes del motor, sobre todo perceptibles en la zona de los pedales, pero también en el volante, el asiento, etc., e incluso durante el régimen de ralentí o a bajas revoluciones. Pero es que, incluso, pueden ir acompañadas de un traqueteo o de un sonido de rozamiento entre metales, lo que además de pérdida de confort, aumenta la inquietud por una avería grave.
Esta es una de las principales características que se perciben cuando el vehículo tiene un volante bimasa en mal estado. Pero no es la única. Cuando el vehículo vibra al soltar suavemente el pedal del embrague al iniciar la marcha, un traqueteo al parar el motor y la disminución o desaparición de las vibraciones en cuanto se pisa el pedal del embrague al ralentí, también es otro síntoma. Estos son los principales síntomas:
1. Vibraciones y sonido de traqueteo metálico al ralentí
Se trata de poner el vehículo en punto muerto y si, al acelerar poco a poco, las vibraciones se minimizan, pero aumentan de frecuencia, lo más probable es que el problema recaiga sobre el propio bimasa. Otra forma de comprobación es pisar el pedal del embrague también al régimen de ralentí. Si el traqueteo metálico desaparece, lo más probable es que se trate de un problema en el volante de inercia.
2. Vibraciones al apoyar el pie en el embrague
Si esta vibración no va acompañada de un sonido metálico en ralentí significa que el volante no está deteriorado del todo y, aunque el sistema de muelles esté algo desgastado y no puede absorber la totalidad de las vibraciones, el componente sigue funcionando parcialmente.
3. Golpeteo al parar el motor
Puesto que las revoluciones bajan súbitamente por debajo de las del régimen de ralentí, crecen las oscilaciones en los componentes de la cadena cinemática que son transmitidas por el apagado del motor.
4. Temblores al iniciar la marcha
Las revoluciones del motor siguen siendo bajas y el motor comienza a generar fuerza de empuje, por lo que el volante de inercia, al estar algo desgastado, es capaz de absorber las vibraciones cuando el motor está al ralentí, pero no cuando las revoluciones se incrementan porque en estas situaciones el volante requiere efectuar un mayor trabajo de absorción.
5. Ruidos durante la fase de arranque
primeramente, debe comprobarse que no existen códigos de avería en la unidad de control del motor. El motor de arranque debe estar en buenas condiciones, ya que es el encargado de poner en marcha el motor a una velocidad correcta, y la batería también debe suministrar la energía suficiente en los procesos de arranque. La válvula de mariposa de parada suave no debe encontrarse bloqueada ni parcialmente cerrada, pues es el elemento que proporciona una parada sin tantas vibraciones del motor. De igual manera, debe revisarse el estado de los soportes de motor y de caja de cambios.
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