Hace tiempo que las reprogramaciones (comúnmente denominadas “repros”) para ganar potencia, aumentar el par o los caballos que tiene de fábrica un vehículo, forman parte del día a día de los talleres de electromecánica que tienen este tipo de servicios en su oferta. En su día, la fiebre del “tunning” impulsó este tipo de servicios, que ahora no solo realizan los todavía amantes de este hobby, sino muchos otros conductores que ven cómo resulta más económico hacer una reprogramación en un taller que pagar más dinero por un vehículo con más potencia de fábrica.
Sin embargo, desde hace unos años, y aún más en los últimos meses en los que se ha incrementado notablemente el precio de los combustibles, los talleres tienen en las “repros” una posibilidad de servicio adicional, en este caso no para aumentar potencia, sino para reducir el consumo de los automóviles. Y es que la optimización del motor a través de este servicio, no solo es una excelente solución para dar un servicio diferencial a clientes particulares, sino también al canal de empresas que dispongan de furgonetas, camiones o incluso vehículos agrícolas, dependiendo de la especialidad del taller.
Una de los obstáculos que muchos conductores plantean para no realizar este tipo de reprogramaciones, sobre todo en los primeros años de vida útil del vehículo, es que puede anular la garantía, en caso de tenerla. Si el fabricante detecta una manipulación en el motor, puede anular la garantía, puesto que ha existido modificación sin permiso del fabricante. Pero si el vehículo ya no está cubierto por la marca, se trata de una modificación más que interesante, porque puede reducir el consumo de combustible en un contexto en el que se encuentra por las nubes. Para particulares, pero especialmente interesante para el canal corporativo que se hace cargo del gasto de combustible de los trabajadores de sus flotas.
Lo que se busca con la optimización del motor, a nivel general pero más específicamente en vehículos industriales o tractores, es que el conductor tenga más fuerza a bajo régimen y optimice el empuje del motor en función del rango de marchas que tiene ese vehículo para que, en determinadas circunstancias, el vehículo no tenga la necesidad de reducir una marcha, y por tanto, pueda reducir el consumo.
Hay que tener en cuenta que el automóvil ha evolucionado tecnológicamente en todas sus facetas, y una de las cosas que más ha cambiado es la tecnología de los motores. A medida que los motores han ido cambiando, los antiguos sistemas mecánicos se han modificado, floreciendo desde los años 90 una industria: la reprogramación de motores. Eso sí, como siempre recomendamos desde Road House, este tipo de servicios deben realizarse siempre en talleres de confianza, para tener la máxima seguridad y garantías del trabajo realizado.
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