Conseguir aumentar la productividad del mecánico en el taller es una de las máximas de cualquier centro de reparación. Cuanto menos tiempo se dedique a una operación, sin descuidar la calidad de la misma en ningún momento, más rentable será para el taller y más productivo será ese trabajador. Así las cosas, saber diagnosticar fallos o averías de componentes sin llegar a desmontarlos, que sin duda implica emplear más tiempo para ello, es fundamental. Y, aunque no siempre es posible, en el caso del alternador sí puede realizarse. Desde Road House explicamos a continuación cómo hacerlo.
¿Qué es y para que sirve un alternador?
El alternador es un componente esencial para el funcionamiento del automóvil. No en vano, su utilidad no es otra que mantener la batería cargada y suministrar energía a todos los elementos auxiliares del vehículo. Se acciona mediante polea y está compuesto de elementos como la polea, el rotor, los anillos rozantes, el estator, los diodos rectificadores, el regulador y las escobillas.
Pasos para comprobar el alternador
Así, para comprobar su estado sin desmontarlo, el primer paso es comprobar la luz del chivato de carga, que se ubica en el cuadro de instrumentos. A continuación, con la ayuda del polímetro, hay que llevar a cabo la comprobación del puente rectificador de diodos, de forma que si el resultado de la verificación no es correcto, ya habría que sustituir el puente rectificador.
Otra de las partes fundamentales de esta operación es la comprobación de la corriente de fuga. En este caso, con la ayuda del miliamperímetro, que debe marcar menos de 2 miliamperios, ya que si los supera significa que hay fuga por algún diodo del alternador. Además, para comprobar la tensión de la batería basta con conectar un voltímetro y verificar que la corriente está cerca de los 13 voltios. Respecto a la prueba de la tensión inicial de carga, al arrancar el motor, la tensión de la batería no debe bajar de 10 voltios en ningún caso y, si el alternador está en buen estado, debe poder subir por encima de los 14 voltios.
Ajustar y colocar la pinza amperimétrica es la operación siguiente a realizar, ya que es necesario llevar a cabo la comprobación de la carga a 2.000 vueltas. Para ello, es necesario poner en marcha todos los consumidores del coche y acelerar el vehículo. Si todo está correcto, la tensión debe mantenerse estable por encima de los 14 voltios. Por último, la operación finalizaría con la comprobación de la tensión de rizado, para lo cual hay que ayudarse tanto del voltímetro como del osciloscopio.
Ante cualquier problema con el alternador, dada su función vital para el correcto funcionamiento de la batería, hay que acudir a un taller de confianza para comprobar su estado y repararlo o sustituirlo, en función de su estado.
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