Al igual que cualquier otro negocio, el taller debe ser productivo. Y para ello, es preciso organizarlo de forma eficiente y segura. Los elementos principales para conseguir buena organización del taller afectan tanto a la distribución de tareas como a la gestión del espacio, pasando por la limpieza.
En primer lugar, hay que cuidar la distribución de tareas. Independientemente del estilo de trabajo, más vertical o más colaborativo, la asignación de las tareas siempre debe estar bien determinada, así como la jerarquía y las responsabilidades de cada uno de los miembros del equipo. Naturalmente, un organigrama claro y definido no es incompatible con la flexibilidad y la ayuda mutua, pero siempre teniendo claro quién se encarga de cada cosa para lograr un funcionamiento fluido en el día a día.
También es crucial delimitar y señalizar las áreas de trabajo. Al igual que las tareas, las áreas de trabajo del taller también han de estar bien delimitadas. En primer lugar, es conveniente separar la zona de recepción de la de trabajo. Esta se puede dividir en áreas específicas para las distintas tareas, como pintura, soldadura, etc., distribuyendo en ellas los equipos necesarios para realizarlas. Estas zonas se pueden señalar con carteles o con marcas en el suelo.
La importancia de mantener el taller limpio
Puede parecer una recomendación obvia, pero lo cierto es que todavía hay talleres que confirman el tópico de local sucio y descuidado. Un grave error: las áreas de trabajo deben estar limpias. Si hay tiempo, tendrían que limpiarse una vez acabada cada tarea para lograr un buen aspecto y organización permanente en el taller.
Ello implica tratar correctamente los residuos y desechos. En la limpieza se debe prestar especial atención a los residuos peligrosos para el medio ambiente.
Los más comunes son: neumáticos, aceites usados, baterías, pinturas y restos de carrocerías. El taller debe contar con los contenedores apropiados para cada tipo de desecho, con etiquetas o distintivos de colores para identificarlos. Existen gestores autorizados para deshacerse de estos residuos.
Por último, se aconseja organizar las herramientas y equipos de trabajo. Por último, hay que tener correctamente almacenadas e identificadas las herramientas. El viejo lema “cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa” es perfectamente válido para el taller. A la hora de organizar las herramientas, es útil tener más a mano las más utilizadas, dividirlas por área o uso (corte, pintura, soldadura…) y almacenar juntos los elementos complementarios (lijadora y discos, taladro y brocas…). pintura deberán seguir contando con una buena provisión de pintura blanca y gris perla.
Comentarios
No hay comentarios