No tanto los eléctricos puros, pero los vehículos híbridos hace tiempo que están empezando a llegar en buen número a los talleres multimarca. Y, aunque los profesionales llevan años formándose para operar con estos vehículos, en el momento crucial surgen dudas y errores que se cometen a la hora de realizar, por ejemplo, los mantenimientos.
No en vano, su similitud con respecto al coche de combustión y, al mismo tiempo, la tan diferente parte eléctrica provocan dudas sobre los procedimientos a seguir y la manera de llevarlas a cabo. Dentro de las diferencias, una de las más importantes tiene que ver con los dos depósitos de líquido refrigerante y del líquido de frenos, que son bastante más grandes. Y es que disponen un circuito de refrigeración doble, por una parte, la del motor térmico y, por otra, la del motor eléctrico, pero en ambos casos se recomienda seguir el plan específico del fabricante.
El filtro de habitáculo es común, como el que pueden tener los coches diésel, pero sobre el aceite del motor, hay que tener en cuenta varias consideraciones. La primera es asegurar que el vehículo está parado, para lo que se recomienda sacar la llave y alejarla del vehículo. Se cambiaria el aceite con un elevador, un filtro de aceite normal y corriente.
También a tener en cuenta es el cambio del líquido refrigerante, dados los dos depósitos, algo que suele generar dudas. El líquido refrigerante del motor de combustión según el fabricante se tiene que cambiar cada 150.000 km. Y en cuanto a las precauciones a la hora de cambiar los líquidos en estos vehículos, se necesita activar el modo mantenimiento, puesto que hay una fase de funcionamiento específica para cambiar el aceite como para cambiar el anticongelante.
Eso sí, hay que tener claro que no es necesaria la desconexión, como suele hacerse de forma errónea, ya que sólo se desconecta la tensión cuando se va a manipular un cable de alta tensión. Lo que sí puede llegar a ser necesario es la máquina de diagnosis, dependiendo del vehículo en cuestión, para activar el modo mantenimiento. Y lo mismo ocurre con el circuito de frenos, para el que es necesaria diagnosis, siendo en estos casos un proceso completamente guiado y semiautomático.
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