La sustitución de la batería es, si no la más habitual, una de las operaciones más frecuentes que se pueden realizar en un taller mecánico. Y, aunque la alta calidad del servicio de los recambistas hace que sirvan los componentes en muy poco tiempo, en casi cuestión de horas, no es infrecuente que los talleres dispongan en stock de algunos modelos de baterías para cubrir las necesidades más urgentes de sus clientes.
Por ello, resulta importante conocer cómo se deben almacenar y conservar correctamente. El fabricante Yuasa explica que es conveniente almacenar todas las baterías en un área fresca, seca y bien ventilada, elevadas sobre el suelo y en una posición recta con las asas de transporte rectas hacia abajo. El lugar es importante, siendo fundamental proteger las baterías del calor excesivo, dado que esto causa daños en las baterías y una pérdida de carga más rápida.
En el caso de las baterías con envoltura retráctil, aconseja que estén apiladas a una altura máxima de tres baterías, en posición vertical y, cuando sea posible, evita apilar baterías sueltas sobre otras baterías, ya que esto puede dañar las etiquetas y terminales que sobresalen por la tapa de la batería.
Y respecto a errores frecuentes, explica que nunca se debe quitar el sello de las baterías cargadas en seco hasta que estén preparadas para su puesta en servicio rellenándolas con el ácido, dado que esto preserva la carga de la batería y previene la entrada de aire, lo cual causa el deterioro de la batería. Si el sello está dañado, la batería se debería poner en servicio de inmediato y tratar como una batería cargada ya activada.
Se debería comprobar el voltaje de las baterías en stock con un multímetro digital durante los meses de invierno y cada dos semanas durante los meses calurosos de verano. Hay que tener en cuenta que las baterías que se hayan autodescargado hasta los 12,50 voltios o por debajo se deberán recargar de inmediato antes de volver a ponerlas en stock.
No en vano, si una batería se vende con 12,50 voltios o menos, tiene un bajo voltaje de circuito abierto y la habilidad reducida de forzar corriente a través del circuito de arranque. Esto causa una reducción en el número de arranques del motor que puede suministrar la batería. Por lo tanto, la batería no podrá suministrar una capacidad completa de arranque del motor y se deberá recargar utilizando un cargador inteligente.
De lo contrario, aumentará el riesgo de daños internos, pérdida del rendimiento, fallo prematuro y un aumento de reclamaciones bajo garantía.
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