Ante la imparable subida de costes de todo tipo, desde energéticos a laborales, pasando por las materias primas y muchos más, se antoja cada vez más importante que el taller sepa calcular correctamente el precio-hora de su taller. Para ello, no solo hay que tener en cuenta los datos de inflación y previsiones de la misma, para realizar y actualizar cada poco tiempo (como mínimo cada tres meses, pero si es con mayor periodicidad mejor) las tablas de precio-hora que se cobrará a los clientes por cada operación.
Así, desde el Gremi de Talleres de Barcelona, patronal perteneciente a Cetraa, se han ofrecido los siguientes consejos:
Cinco consejos para ayudar a los talleres a calcular correctamente su precio-hora
- Un error bastante común es establecer el precio hora en base a lo que otros talleres cercanos estén cobrando, en lugar de hacerlo en función de nuestros propios costes. Puede ser una referencia, pero no más que eso, ya que cada taller tiene su estructura y cada uno es un mundo. Por ello, es necesario hacer control sobre los propios gastos o, de lo contrario, se estará perdiendo dinero sin saberlo.
- Es fundamental conocer el porcentaje de implicación de todo el personal productivo. Conocer las horas presenciales del personal y obtener las horas disponibles y las horas improductivas. Hay que tener en cuenta las horas realmente facturadas con respecto a las que según el convenio colectivo establece que se tienen que realizar, es decir, horas presenciales, que no son directamente facturables. Hay que intentar convertir esas horas disponibles en horas facturables. Para calcular el precio de la mano de obra solo se deberá tener en cuenta la parte del personal que se dedica a la reparación. De las 8 horas que está en el taller el profesional, saber cuántas horas dedica a tareas de mecánica. Por ejemplo, una hora de producción, sabemos que es el 13%, si son dos horas, es el 25%.
- Conocer que el IVA no es un gasto ni tampoco un ingreso y que el taller es un mero intermediario de la Agencia Tributaria. Por ello, se recomienda que las ventas, las compras y el resto de partidas de gastos se registren netos.
- Distinguir entre gasto e inversión. Si un taller compra una máquina, es una inversión porque le va a generar rentabilidad durante un periodo de tiempo y lo va a tener en su patrimonio. Lo que no puede hacer es considerarlo como un gasto, ya que esa cantidad se recuperará a través de su amortización o deterioro, aunque sí podrá deducirse el IVA de esa maquinaria cuando corresponda. Los gastos fijos a considerar son sueldos, seguridad social, alquileres, suministros, gestoría y seguros, principalmente.
- Conocer la clasificación de los gastos variables (los que varían proporcionalmente a la actividad de la empresa) y fijos, en los que nos vamos a basar y que no dependen de que la producción aumente o disminuya. Además, lo que se facture por mano de obra tiene que cubrir los gastos que no son directamente facturables (compras de recambios y trabajos realizados por otros talleres).
Comentarios
No hay comentarios