Quedarse sin frenos en el coche es una de las circunstancias que menos desea un conductor en pleno tránsito. Son momentos de incertidumbre, peligro, en el que mantener la mente fría ayuda bastante a solventar el problema de manera satisfactoria.
Pero antes de que eso sucediera seguramente el vehículo nos habría dado indicios de que el sistema de frenado presentaba problemas con anterioridad. En posts anteriores de Road House Km0 ya hemos abordado todo ello, por ejemplo, en el que publicamos sobre las averías más frecuentes en el sistema de frenado.
Ni que decir que si nuestro vehículo está equipado con componentes de frenado de alta calidad como pueden ser los de Road House, por ejemplo, sus pastillas RH y discos RH la posibilidad de que te quedes sin frenos en el vehículo es mucho menor.
El coche se queda sin frenos, ¿cómo actuamos?
1: Mantén la calma, es complicado en esos momentos pero cuanto más tranquilo se esté más claro tendremos cómo actuar.
2: Deja de acelerar y céntrate en la carretera.
3: Pon los intermitentes de emergencia para que el resto de conductores sepa que algo va mal en tu coche.
4: Cuando el coche tenga bastante velocidad no lo dirijas al arcén o guardarrail porque podemos chocar con ellos y provocar una vuelta de campana.
5: No tires del freno de mano a mucha velocidad, si lo haces de manera brusca se pueden bloquear las ruedas traseras y perder el control del vehículo.
6: Sí se puede tirar del freno de mano con mucha delicadeza cuando descienda la velocidad y leyendo perfectamente la situación en que estemos
7: No apagues el motor pensando que así el coche se detendrá por sí solo, ya que el mecanismo que hace mover el volante, la servodirección, dejará de funcionar, se endurecerá y no girará, con el consiguiente riesgo de choque.
8: Reduce las marchas de las velocidades de manera gradual para que el freno motor logré detener o ayude a disminuir la velocidad del vehículo
9: Si el coche es automático la palanca habrá que ponerla en Neutral y así se desconecta la transmisión que va del motor al volante, aunque el motor siga funcionando el coche irá perdiendo velocidad ya que el motor no hará funcionar el eje de transmisión.
10: En ambos casos (manual y automático) es conveniente pisar el pedal de freno varias veces de forma intensa para aumentar la presión del circuito.
11: Busca las salidas de emergencia, zonas de frenado, arcén (cuando estemos a menos velocidad) para no implicar al resto de vehículos que vayan circulando en esos momentos.
12: Una vez detenido el coche, ponte el chaleco reflectante, coloca los triángulos de averías y llama al seguro para que vengan a por el vehículo.
Por último, lo mejor es que tu taller de confianza con sus magníficos profesionales revisen los frenos cada 20.000 kilómetros, cambie tus pastillas y discos de freno y así evitarás este tipo de sustos.
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